Cuando estoy delante del ordenador perdiendo el
tiempo haciendo un solitario, tengo días que me vienen cosas a la cabeza,
charlas de bar con amigos, y me apetece comentarlas.
Lo que es difícil de entender para muchos, es por
que se vacían los pueblos. Les gustan más que la ciudad. Pero sé que lo dicen
porque solo están de vacaciones.
¿Por qué estoy en Zaragoza? De pequeño no quería
salir del pueblo ni por todo el oro del mundo. No estoy hecho para el asfalto.
Soy más de pueblo que un ababol. No conoces a nadie. A mí me gusta pararme a
hablar con la gente (¿Qué tal Agustín? ¿Cómo sigue la abuela? ¿Y las paperas de
Agustiné? ¿Aún te queda mucho por labrar? ¿A cuanto nos pagaran este año las
olivas?...) No. En Zaragoza es imposible hablar. Todo el mundo va deprisa
mirando el reloj. Aquí eres un solitario entre seiscientos mil solitarios.
¿Por qué se fue la gente de los pueblos? Es muy
complicado. Yo creo que a nadie le gustaría marcharse. Me recuerdo al viejo que
salude sentado en un banco de la plaza Roma:
-¡Que bien se está aquí al sol!
–Si. Aquí huele a campo.
Se estaba regando el jardín a sus espaldas…
No me cabe duda de que en mi Pirineo mucha culpa la
tienen los pantanos. Cuando el llano tiene sed ya puede echarse a temblar la
montaña. Ellos son más. Eso significa votos. Y los votos son la fuerza de los
políticos.
Construcción pantano de Mediano (Huesca) |
Si uno no se quiere ir de su pueblo, ¡no se le puede
obligar!
Que se lo pregunten a los de Jánovas que les
dinamitaron el pueblo. O los de Mediano que tuvieron que escapar con agua hasta
la cintura. O los de la Garcipollera o Sobrepuerto que nunca quisieron ponerles
carretera, ni luz, ni teléfono, ni escuelas… es más importante poner ciervos
allí. Ahora los ciervos tienen carretera y todo lo demás…
¿Qué va a ser la montaña? Lo que quieran los de
abajo. Un bonito desierto de vacaciones. Con muchos bosques, eso sí, y mucha
nieve, pero sin gente. Si acaso algún agüelico con boina y abarcas para sacarse
una foto junto a él. Pero nadie explicará a nadie que las arrugas del pobre agüelo
están hechas de trabajo duro y de pena al ver que todo lo que ha amado en este
mundo, la casa, el lugar, las personas que tiene enterradas en el pequeño
cementerio, todo, se lo va ha llevar la trampa.
Tal vez alguno entienda que el progreso a costa de
la muerte de nuestros valles no puede ser bueno.
Sin embalses, no es Aragón rico en tierras bajas.
Cuando hicieron el canal de Tamarite, todos se alegraron. Pero unos años más
tarde, le cambiaron el nombre y lo llamaron “Canal de Aragón y Cataluña”.
Alguien entendió lo que se venía encima.
¡Lástima que solo fueran cuatro viejos los que lo
comprendieron!
Me gusta mucho le evocación que haces, Bastián. Ciertamente la respuesta es compleja y daría para horas y días de análisis y debate....
ResponderEliminarLa fotografía me parece hermosisima. Una pasada. Por el estdo de la construcción me atrevería a aventurar que es de finales de los años cincuenta.