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lunes, 8 de septiembre de 2014

La manera de hacerse bruja o brujo

Cuando repaso las anotaciones en la libreta de mi infancia, se me mezclan los recuerdos y trato de memorizar aquellas charradas…
Las brujas, muchas veces eran las conversaciones que llenaban las largas veladas de invierno en nuestras cadieras. Las más de las veces se orientaban hacia el poder de sugestión que siempre han tenido las mujeres por sus encantos naturales y además por sus malas artes. No todos estaban de acuerdo, claro. Aunque las mujeres que participaban en las charradas, eran las que más se afirmaban en estas aseveraciones.
 Además a las brujas siempre las habían pintado como viejas legañosas y de mirada torva. Con eso se descartaba que las mocetas fueran brujas hasta dentro de muchos años...
-Pues yo siempre he oído decir que las brujas eran jóvenes y muy guapas. Es más, siempre se ha dicho que cualquier mujer que tenga una sola peca en la cara o en cualquier otro sitio basta para que no pueda ser bruja.
-¡Anda! A mí me dijo mi abuela que todas las brujas llevan alguna marca y que por eso se conocen.
 
En materia tan importante como la brujería, resulta capital aprender a detectar a las brujas. A través de los tiempos han existido métodos a cuál más original.
De las personas "catadoras" o conocedoras de brujas voy comentando en muchas ocasiones, pues durante la vida del nuestros aragoneses, siempre se estaba alerta para poder detectarlas. Muchos de los métodos podían ser aplicados por cualquiera aunque no tuviera don especial.
 
-Pero, bueno, ¿son brujas porque llevan la marca o llevan la marca porque son brujas?
-Sí, eso: ¿Cómo se hacen brujas? ¿O nacen ya brujas?
 
Las marcas. Se suponía que la bruja tenía alguna parte del cuerpo insensible y se iba pinchando con agujas hasta encontrarla. Lo que a veces ocurría, es que se utilizaban agujas falsas que se introducían en su funda en vez de pinchar con lo que la bruja, indefectiblemente, quedaba convicta.
En muchos lugares, para encontrar esta señal frotaban el cuerpo con una toalla nueva y luego con un trapo de lana que envolvía ceniza -algunos utilizaban agua bendita-. Al pasarlo por el lugar de la marca ésta se hacía visible: a continuación pinchaban con la aguja comprobadora.
 
El uso del falso punzón con punta retráctil se utilizó muchas veces, cuando la supuesta bruja era de casas pudientes, con lo que salían airosas de la prueba.
Se creía también que las brujas o brujos,  eran incapaces de recitar correctamente el padre nuestro y esto se utilizó como prueba.
 
-Pues algunas ya deben de nacer brujas, como ésas que vienen al mundo envueltas en una telica.
-Pero también pueden ser curanderas.
-¿Y es que hay mucha diferencia?
-¿Y qué más da? Lo que yo pregunto es que si alguna no nace así, ¿cómo puede hacerse bruja?
 
Parecía que el tema de la brujería no solamente me interesaba a mí, pues había cantidad de chavales que estaban informadísimos, no sé cómo, tal vez por oír hablar a sus abuelos. Contaron lo de dar la mano la bruja moribunda para traspasar los poderes de brujería a su nieta, que yo ya conocía. Algunos añadieron otros métodos más espeluznantes:
-Pues en Laspuña -nos comentó un  montañés de Chistau- la moza que quería ser bruja tenía que abrir un gato y clavarle en el corazón siete alfileres, hasta causar la muerte del animal. No debían ser ni más ni menos. No podía el corazón pararse antes del séptimo pinchazo, ni seguir latiendo después de clavar el último alfiler.
 
Por muchos lugares de la Ribagorza y el Sobrarbe, el método es revolcarse, completamente desnudo por encima de un zarzal de púas bien erizadas mientras se reniega con toda la fuerza y furia. Dicen que los pinchos del zarzal no hacen mal.
Otro procedimiento consiste en meterse una aguja larga de hacer media por la oreja izquierda y presionarla hasta que salga por la oreja derecha.
Y otro más: dicen que quien quiere ser bruja o brujo tiene que ir a las doce de la noche a un cruce de cuatro caminos; si el que va es un hombre, le sale un perro negro; si es mujer, una gallina negra.
Entonces ha de seguir al animal sin parar de decir "¡Quiero ser brujo, quiero ser brujo!" o "¡Quiero ser bruja, quiero ser bruja!" según sea hombre o mujer y el animal les lleva a un sitio en donde está el demonio con quien hacen el pacto.
 
Este último procedimiento que os paso por hoy, se parece bastante al seguido en otros lugares de la Aquitania o el Bear, auque muy utilizado por nuestras gentes:
-Una noche llevad una gallina blanca a una encrucijada; ponedla en el centro de un círculo que habréis trazado con una vara de avellano. A media noche el Diablo se aparecerá en medio de una batahola espantosa. Si no tenéis miedo, volved a coger la gallina, sangradla en la encrucijada y enterradla; coged sus plumas y ya sois brujo o bruja.
 
En todos los casos si la conversión en brujo o bruja se producía, en ese momento o al llegar a casa, aparecía el libro “Berde” o de “San Cipriano”. Con ellos ya podrían hacer conjuros y toda suerte brujeril.
 
Pero será tema para otro ratico…


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