Por ahí corren coplas y
más coplas alusivas a los apodos, los defectos, los sucedidos en tal o tal
pueblo. A veces tienen autor conocido, como es el caso del Gaitero de
Santolaria o de Mariano Belsué. Otras veces son atribuidas a ellos o,
simplemente, anónimas.
Relacionar todas las que
tengo recogidas, daría de sí para muchas
horas. Me conformo con traer aquí un sencillo muestrario procurando presentar
los estilos más diversos y las alusiones a todas las zonas del Alto Aragón.
Siguiendo con la rima
-que ya hemos comentado antes- recordemos lo que se dice de algunos pueblos:
“En
Lanaja, comen paja con la punta la navaja”.
“Navateros
de Laspuña, matan piojos con la uña”.
“Chen
de Benás, chen de Barrabás, patas, gola y nada más.
La comida, o su escasez que ha sido más
abundante, ha dado motivo a muchas coplas y dichos. Escogemos éstos:
“Si
a Capella vas en fiesta,
mira bien quién te convida, que a la
corta o a la larga, tú pagarás la comida”.
Un amigo mío decía que
los aragoneses somos “pobretes pero alegretes”, es decir, que las hemos pasado
canutas en todo momento -o casi todo- de nuestra historia, y sin embargo nos
hemos reído de nuestra propia sombra. Es curioso observar cuántas coplas y apodos
se enlazan con el hambre.
Se puede seguir su
trayectoria por diversos circuitos de la provincia. A la entrada de los
Monegros ya nos deja una pista:
“De Tardienta salió el hambre y por Torralba pasó, en Senés entró en misa y en Almuniente paró; en Torres hizo escritura
y en Barbués la hipotecó”.
Este sería el circuito de
la tierra baja, rozando los Monegros y entrando en ellos, que también por la
montaña encontramos otro que nos describe esta copla:
“En
Tella nació el hambre, por Cortalaviña pasó, en Hospital tomó descanso y en Lafortunada se acabó”.
Aunque vaya a saber si
acabó o no. El nombre de Lafortunada es una corrupción muy reciente como tantos
de nuestra toponimia: el verdadero nombre del pueblo es «La Infortunada»,
relacionado con una leyenda que no viene al caso. Lo cierto es, además, que en
la misma montaña se notan rebrotes de hambre:
“Si
vas ta Plan, llévate pan, que agua
del río ya t'en darán”.
Y subiendo por el río
Ara, dicen que: “En Fiscal, servilletas blancas y poco pan”.
Los menús, según nos
explican las coplas, parece que eran de lo más variado:
“En
Torrelisa, mataron una burra lisa y en San Lorién, en quereban también, y en
Araguás, les tocó de la coda ta atrás”.
Y ya que nos sale lo de
repartir, cuentan que en Torrelabad mataron un burro para todo el pueblo, un
año de hambre. El reparto lo hicieron para todas las casas del pueblo, y además
con inspiración poética, como puede comprobarse en la lista que recojo:
Mediano "bufanabos" 1936 Sobrarbe |
“A
casa Mazorra, le va tocá la coda; a Barrabés, tot, o no res; a Sanmartín, el carbazín; a Mat, la mitad; a Casero, el trasero; a casa Francheta, la barrigueta; a casa Garoz, un troz; a Castillóns... los... (bueno, los
órganos genitales masculinos,
pero en verso). Y a Pepepuy, alza la
coda y fui”.
Y seguimos el recorrido:
“De
Peralta de Alcofea, las mujeres lamineras”.
“En
Laperdiguera venden coles; en la Cuadrada zanahorias y en ese lugar de Torres
calabazas y cebollas”.
“En
Lanaja comen paja; en Alcubierre salvau; en Lalueza farinetas y en Sariñena
pescau”.
La situación no es muy
halagüeña en muchos lugares, como se ve, aunque la más trágica la hemos
descubierto en Santoréns, si le hacemos caso al dicho:
“Santoréns,
pocs y doléns; aigua a la porta y merda a les dens”.
(Modestia aparte, que diría
alguno).Y la verdades que con demasiada frecuencia no es difícil adivinar en
qué pueblo se ha inventado la copla. Observad:
“En
Barbastro están los nenes, en Naval los puchereros, en Salas los niños guapos y
en Pozán los embusteros”.
Creo que sí, que se nota
bastante bien. Y para variar y contentar
a todos seguimos por otro rincón diferente de la provincia.
Una simpática chavala de
Sallent, que me informó de muchas cosas, había oído a su abuela, y me los
repitió a mí, los siguientes versos tensinos:
“Fafumáus
en Piedrafita, bien habladitos en Búbal, principio de Partacués; Cascanueces en
Saqués, Burlones en Tramacastilla, loqueros en Sandiniés, Partacueses en
Escarrilla. Bufarrios son los de Hoz, os
de O Pueyo vinatés, Malcalzaus en Panticosa; capezutos en Lanuza, mestizos
los de Sallent y jibaus los de Lartosa”.
… y la chavala se ponía
una miajeta colorada, al decir lo de “jibaus”, síntoma que nos permite a
nosotros -y a vosotros, -claro-, traducir al estilo moderno de Cela el
calificativo, por supuesto más usado por el pueblo. Pero yo lo recojo como lo
oí, y además, un servidor de siempre ha sido de los “destacados”, es decir, de
los que no echan tacos...
Por la Hoya de Huesca
circulan estos otros dichos, según parece originales del Gaitero de Santolaria,
aunque otros se los atribuyen a Mariano de Belsué:
“En
Cuarte calzoncilleros, porque de Estopa los hacen, en Banariés malos vinos
porque lo causa el terraje”.
“En
Huerrios canta el cucullo, porque dicen las verdades y a la hora de pasar
cuentas, se pierden las amistades”.
Nos salimos de las
cercanías de Huesca y seguimos un poco por todos los sitios de la provincia. Y
ahora sí que no tenemos ninguna pista de quiénes puedan ser los autores de los
versos. De padres desconocidos, al menos para mí. A ver si alguno me lo aclara,
aunque un poco mejor que el chaval de Sahún:
El zagaler fue a Vilanova
a hacer un encargo. Su padre le había explicado que allí ya le conocían, y el
chico le aclaraba al dueño de la casa:
-“¿Usted no conoce a mi
padre? ¡Pues yo hijo suyo!”.
Bueno, a lo que vamos:
.“Las mujeres de Peralta, cuando
van a la ribera, debajo del delantal, llevan la chocolatera”.
“De
Fomillos a Permisán las gallinas se ne van: de Permisán a Fomillos los tocinos”.
Detrás
de cada dicho o de cada
apodo, habría que adivinar alguna historia más o menos antigua que les
dio origen; porque lo cierto es que ellos ríen la mar de a gusto cuando
escuchan estas coplas. Reconozco no saber el origen ni tan siquiera de la mitad.
De los que conozco, prometo contaros viejas historias, que nos servirán para
sonreír, en un mundo cada vez más necesitado de alegrías.
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