Para nosotros era un mundo
apasionante. Nuestra adolescencia se mezclaba con bruxas y bruxos
convertidos en animales, y cada animal
extraño, te sugería alguna bruxa. Licantropía es el poder de una persona en
convertirse en perro, lobo, o cualquier otro animal. Pero para nuestras bruxas,
el preferido era el gato.
A mí me hizo mucha gracia
lo que contaron de un pueblo muy cercano a Huesca: a una abuela que estaba
hilando en la puerta de casa, se le presentaba un gato y se la quedaba mirando.
Y lo mismo al día siguiente y al otro. Sospechó si sería una bruja y se lo
contó a su marido. El se disfrazó de mujer y se puso a hilar. Se le presentó el
gato que le dijo: "¿con barbas y filas?" El le pegó un estacazo. El
gato le decía: "dame otro" pero él no se lo dio. Al día siguiente la
abuela de una casa muy conocida apareció con el brazo roto.
Esto de pedir otro
estacazo tenía su razón de ser.
Aseguran que a las brujas,
para hacerles mal, hay que darles siempre un número impar de golpes, pues el
primero les hace daño pero el siguiente las cura.
En Biel decían que una
mujer tenía una lupia (verruga) en la cabeza y llevaba fama de bruja. Un día
salía de su casa por la gatera y unos mozos que pasaban le pegaron un
garrotazo. A la mujer se le había roto la lupia y murió a consecuencia de eso.
También en Baldellou unos
niños tiraron piedras a un gato negro que salía por las noches y más tarde una
mujer con fama de bruja en el pueblo amaneció llena de heridas. Ella sostenía
que se había caído.
Contaron también otra
historia: En Alberuela de Laliena, en una casa rica, todos los años, el día de
Nochebuena, cuando se iban a misa de Gallo, al volver se encontraban con que
había muerto la mejor mula de la cuadra. Y eso un año y otro año. Al final un mozo
decidió quedarse aquel año y se acostó en la pesebrera con el candil y un
garrote a mano. Le despertó un rebullicio entre las caballerías. Encendió el
candil y vio un gato negro a lomos de un macho: el mejor que tenían. El mozo le
pegó un estacazo. Pero el gato consiguió escapar. Aquel año no murió ningún
animal y a la mañana siguiente la abuela de la casa apareció derrengada por el
golpe.
Aunque la historia era tan
divertida, resulta que todos la habían oído contar de algún otro pueblo.
Creo que la historia se
cuenta en todos los pueblos del Alto Aragón, aunque con ligeras variantes; en
Lecina pasó en casa M y el gato le pedía otro garrotazo al mozo. En Torrente
fue en casa C y cuando murió la presunta vieja apareció la cabecera de la cama
llena de billetes. En Tierrantona, todos los años la Misa de Gallo es para casa
Olivera, en donde cuentan que ocurrió el incidente.
Como digo, la historia es
muy común y -eso si- en todos los lugares se sitúa en la casa más rica del
pueblo. ¿Qué reivindicaciones sociales rezuma la leyenda?
En casa Valera, de Hoz,
sucedía lo mismo y el amo fue al adivino. Este le dijo que era una bruja y que
había que pegarle con sarguera (sauce). Desde entonces ya no volvió.
En Angüés sucedía el día
de la fiesta. Habían masado, y la chica de la casa invitó a su novio para comer
una torta que habían hecho. En éstas llegó el gato y la moza le tiró las
tenazas que tenía a mano y le rompió una pata. Al día siguiente la vieja que
tenían en la casa apareció con la pierna rota y le dijo a la chica:
"Buena culpa tienes
tú de esto: cuando te comías la torta con tu novio me tiraste las tenazas…”
Un mozo de Belsierre se
quería casar con una chica de Puyarruego y la iba a ver todos los días. Una
vieja que llevaba fama de bruja le dijo que no se casaría con esa chica y desde
entonces siempre que iba a ver a su novia lo seguía un gato negro. Al final el
mozo se fue a ver a la bruja y le dijo que si no se casaba con esa chica que
mataría a la bruja. Desde aquel día el gato dejó de seguirlo.
En Alcolea de Cinca en una
casa tenían una mula; cuando el criado entraba a darle el pienso veía que salía
una cosa de ella. Un día le pegó un tiro; resultó ser un gato negro que lanzó
un grito: “Me has matado”.
También en Hoz me
contaron: "Hace unos cuarenta años, al subir a puerto con las vacas en Las
Ruabras se nos murieron tres mulas a la vez en lo alto.
Vimos como un bicho, como
un gato pequeño, que se escondía en una mata de boj. Registramos la mata pero
había desaparecido. El adivino nos dijo que era un espíritu o una bruja".
Otro testimonio de gatos:
"A mi padre se le morían todos los cerdos. El adivino le dio el remedio:
poner un gato vivo en una marmita y que se consumiera en el fuego. Tenía que
ser un gato negro. Así lo hizo y mientras estaba el gato en el fuego, arriba se
oía maullar como si hubiera un ejército de gatos. Subía y no había nada. Cuando
se murió el gato, se dejaron de oír los maullidos. Los cerdos ya no se
murieron. (N. A. Lecina).
En Biescas, en el barrio
de San Pedro vivía una mujer que tenía fama de bruja. Francho Pascual, al ir a
casa al anochecer, todos los días se encontraba con un gato negro. Una noche,
cansado, intentó darle una patada. El gato le dijo: "Francho, no te metas
donde no te llaman", (Información de M. P. Biescas).
"A una chica de una
casa de aquí, siempre que iba a dar de comer a los animales, le salía un gato
encima de algún animal. Iban otros y no lo veían. Ella si. No le podía pegar
nunca". (Información en casa S. de Villacarlis).
En Jasa, las historias
pasaban en casa Segador. En Piedrafita no dicen la casa y tampoco en Panticosa.
En Serveto, en casa
Falceto, empezaron una noche a oírse ruidos en el tejado, como si aserraran. No
se podía dormir en la casa. Eso, una noche y otra noche. Vino mucha gente de
fuera a oírlos. Entonces empezaron a examinar el tejado. Miraban por una punta
y el ruido seguía por la otra. No pudieron encontrar nada. Fueron al adivino.
El les dijo: -"Veréis un gato en la punta de un chopo: él es el causante y
tenéis que matarlo". Lo mataron y los ruidos cesaron. (José G. M.).
"Mi padre contaba que
estaba regando en el campo y le salía un gato negro. Se agachaba a coger una
piedra y desaparecía. Luego aparecía otra vez. Con una vecina lo acorralaron,
le dieron un garrotazo y el gato decía: "dáme-ne otro" (informe de
José Guillén. Panticosa).
Me contaron que en
Castejón de Monegros, se murió una mujer y todos se preguntaban: ¿y como ha
muerto si se convertía todos los meses en craba (cabra)?
Otra información recibida,
contaba que en casa Salas, de Panzano, los bueyes de la cuadra se toceaban
mucho. Bajaba el amo y se paraban. Luego se emprendían otra vez en cuanto se
marchaba. Decían que estaban embrujados.
Pero la historia más
curiosa fue la que contó el montañés de Chistén, de las cabras muertas de
Fuencalderas: Debió de ocurrir a fin del siglo pasado, en los campos que llaman
de "La Buxaquera ".
Un pastor tenía pastando
su rebaño en uno de estos campos que está próximo a un huertecico propiedad de
una señora muy vieja que, por sus frecuentes fechorías y actitudes fuera de lo
corriente, tenía en el pueblo fama de bruja.
Un descuido del pastor
llevó a siete de sus cabras dentro del huertecico, comiéndose las hermosas
coles que la "buena" señora tenía; pero no se sabe si por casualidad
o por sus dotes de sabiduría se enteró y se presentó allí en aquel momento,
poniéndose a maldecir con gritos chillones deseando la muerte de las siete
cabras. Deseo que ocurrió en el acto, quedando tendidas y sin vida sobre los
troncos de las coles. Furioso el pastor al ver sus cabras muertas arremetió
contra la bruja con su palo levantado para intentar calentarle las espaldas;
pero atemorizada con tales amenazas se humilló pidiendo piedad para su viejo
cuerpo y prometió que devolvería la vida a las cabras muertas. El pastor así lo
creyó y realmente así ocurrió, pues a las primeras frases que pronunció con
mágico poder, las cabras ya saltaban del huerto al campo, juntándose con el
rebaño y con tanta o más vida de la que tenían antes.
Ni qué decir tiene, que ni
el pastor llegó a pegar a la bruja ni las cabras se murieron hasta que fueron
muy viejas, pero desde entonces, todos coinciden en la opinión de que las
cabras de Fuencalderas tienen una forma de mirar siniestra y asustadiza, además
de una gran tendencia a destrozarlo todo con sus malas artes y con sus fuertes
cuernos.
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