En
la segunda semana de octubre del 2004, volví a subir a su cima. Para mí fue una
prueba de superación. Hacía trece meses que había sido vuelto a la vida gracias
a un trasplante, y era un reto para mí. Puedo decir que fue absolutamente satisfactorio.
Estoy seguro que me sobraron fuerzas, gracias a que me acompañó la amiga que me
regaló la vida con su donación.
Cuando
uno llega a la cima, le vienen recuerdos de leyendas y parece que las está
presenciando. Es bonito recorrer Aragón y pararse en cualquier punto, cuando
conoces la historia y tradición de esa piedra o paisaje que presencias.
Recordé
lo que me contaba un abuelico montañés:
De
los montes de Aragón
el
más alto es el Turbón.
-Calle,
calle, dijo ella:
que
más alto es el Cotiella.
-Mentís,
metís los dos,
más
altos son Tres Sorors.
-Haya
silencio completo,
el
más alto es el Aneto.
No
asistió Monte Perdido
por
que se dio por vencido.
Queda,
pues, clara la supremacía del Aneto.
Si
todo lo misterioso e impenetrable ha dado siempre que hablar a la imaginación
popular para adornarlo con leyendas extraordinarias, es lógico que el macizo de
la Maladeta, inexplorado durante siglos y siglos, se haya visto envuelto en las
brumas de lo legendario y misterioso.
La
leyenda primitiva se hunde en la época medieval para contarnos que hace
muchísimos años aquellas moles inmensas de hielos que inundan con sus glaciares
todas las pendientes y laderas, fueron riquísimos pastos poblados de
maravillosas cabañas.
Y
cuentan que un día apareció por aquellos pastizales un mendigo hambriento y
aterido de frío, que solicitó la hospitalidad de los pastores. Ellos crueles,
le negaron el asilo. Más aún, azuzaron sus perros contra él con inhumana
perversidad. El mendigo –que algunos sugieren que sea el mismo Jesucristo-
maldijo a sus pastores y ganados. Al instante quedaron convertidos en piedra y
hasta los mismos pastos se transformaron en heleros inhabitables.
Solamente
una pastora bondadosa se salvó de la catástrofe. Pero lo cierto es que, en
muchas noches gélidas de invierno, desde el refugio de la Renclusa, se escuchan
los aullidos espeluznantes de las víctimas. Y no es difícil descubrir los
rostros de los pastores desfigurados por un rictus de terror y petrificados
entre los recovecos de la montaña.
El
año 1725, Fracesc Sauci, alcalde del pueblecico francés de Esterri, después de
una expedición informativa, aseguraba haber visto en diferentes lugares de los
montes Malditos, un rebaño de más de siete mil cabezas, todas ellas convertidas
en piedras.
Muchos
aseguran que entre los pastores había una pastora, la pequeña Annette, a la que
llamaron Néthou, que también quedó convertida en bloque de hielo con todo su
rebaño. Y Néthou siguen llamando los franceses aún en día al pico de Aneto.
También
es verdad que muchos montañeros han recorrido ya todos los vericuetos del
macizo, sin que quede ningún paso sin pisar, venciendo así su maldición.
Por
lo demás, que Maladeta signifique “maldita” podrá ser en catalán, pero desde
luego no en aragonés. En el pueblecico de Aneto llaman al pico Mala-hita y el
término “mala”, variante de “malla” o “mallo”, significa “montaña rocosa o mole
de piedra” y la terminación “eta”, tan abundante en nuestro idioma, es lugar
muy abundante en algo.
Habría
que ir deshaciendo errores poco a poco. Tampoco el paso de Mahoma tiene nada
que ver con las invasiones agarenas, que nunca llegaron a la bal de Benás. Ni
tampoco es que Mahoma viniera a la montaña ya que la montaña no iba a él, como
cuenta el milagro del Corán. Su nombre, es más poetíco. Un exoficiál ruso,
Platón de Chijachef, en junio de 1842, junto con Franqueville, fueron los
primeros en cruzar esa arista entre dos abismos. La arista le evocó a
Franqueville, ese puente del más allá que en la tradición islámica se presenta
como más fino que un cabello y más afilado que un sable y que las almas deben
esforzarse en atravesar el día del juicio final para alcanzar el paraíso de
Mahoma.
Nada
tiene, por tanto, de maldito el maravilloso nudo montañero. Uno de los más
entusiastas pirineístas Russel, que estaba prendado del Aneto, hasta llegó a
pensar y lo intento, comprar todo el macizo de la Maladeta.
Nos interesaría contactar con usted ya que estamos tratando de potenciar Huesca como cuna de san Lorenzo, así como la llegada del Santo Grial desde Roma el año 258 y su traslado a San Pedro El Viejo en 553. Nuestro mail es info@huescacunadesanlorenzo.com Muchas gracias
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