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lunes, 2 de enero de 2012

La luna de enero

Empezó el año con cuarto menguante, (estoy contando en 1950), y el abuelo dijo que había que rellenar los toneles de vino. Ya se sabía que la mengua de enero es la mejor de todas para esta operación.
Y bueno será traer aquí alguna cosa de lo que fui aprendiendo de la luna y que anoté en mi libretica. Nunca hubiera imaginado que nuestro satélite tuviera tanta importancia en nuestros pueblos.
No todas las lunas son iguales. En nuestra tierra te aseguraban que no había una luna, sino doce y por eso son tan diferentes. La mejor parece la de enero y recuerdo ahora los refranes que mi abuela decía al respecto:
“La luna de enero tiene siete virtudes”, aunque nunca me especificó qué virtudes eran: “en enero manda la luna y en junio manda el sol”; “si quieres ver bien la luna, mírala en el mes de enero”. Muy parecido a este otro: luna de enero, la más clara del año y mirarla no hace daño”.
Si la mejor luna es la de enero, la peor es la de septiembre. En mi pueblo la llamaban “luna cucadera” y aseguraban que las plantas que se siembran en ella se estropean o se merman.
Tampoco se puede sembrar en la luna de mayo: sale todo muy flojo. Por ejemplo, las judías dan mucha flor y se hacen muy altas pero dan pocas judías. La luna de octubre hace pronóstico y anuncia las siguientes lunas: de allí el refrán: “la luna de octubre, siete descubre”, o “el octubre siete lunas cubre, y si llueve cubre a nueve”.
El tiempo, pues, viene influido por la luna y los cambios de tiempo siempre se producen en el cambio de luna.
También tiene su importancia la figura de la luna. Me refiero a su silueta, no a sus dibujos, pues es sabido que representan una cara y así la hemos visto representada siempre en los libros. Por el Sobrarbe, dicen que representa a un hombre que tira de un burro cargado de leña y se lo tragó la luna por trabajar en domingo. Otros dicen que se trata de un hombre que cortaba zarzas en domingo y quedó condenado a seguir cortándolas en la eternidad.
Luna embalsada

En mi lugar nos asustaban a los críos, diciéndonos para que fuéramos buenos: “Mira que vendrá la luna”.
En Tella se decía que si la luna se pone roja anuncia guerra y que así pasó en junio del 36, antes de la guerra civil.
Por el Sobrarbe, a la luna nueva la llaman “vuelta de luna”. También tienen su refrán: “cierzo y serenero a principios de luna, de cien veces llueve una”.
Cuando la luna está recostada en vertical, decían que era “luna embalsada” o “luna marinera” y que traía agua. ¿Cómo de recostada? Pues, que se pueda colgar el candil en ella.
El cerco alrededor de la luna anuncia buen tiempo para el día siguiente: “cerco en el sol, moja la capa del pastor”, “cerco en la luna, la enjuga”. En otras ocasiones oí que depende: si hay estrelletas en el cerco, no lloverá y si no las hay lloverá a los tres días.
Y vamos con la luna llena, que es la bonita, blanca y redonda. Las brujas la preferían para sus reuniones, pues ellas prefieren el color blanco, como también prefieren la plata al oro. ¿Alguien ha visto que una bruja lleve ningún colgajo de oro? Lo llevan siempre de plata. Y, sin embargo, parece un contrasentido, les parece mal que otros lo lleven. Para evitar que una bruja, eche el incortamiento a una pareja de novios el día de la boda, el mejor remedio es que el novio lleve una moneda de plata, imagen de luna llena, entre el calcetín y el zapato cuando va a la ceremonia.
La luna llena, siempre era el tiempo para recoger las plantas medicinales y eso ya desde la antigüedad. Pero en la luna llena no debe plantarse nada.
Sin embargo, no todo es negativo en la luna llena. Una cría de cualquier clase, que nace en luna llena, tiene más vigor. Los pollos, por ejemplo, es mejor que nazcan en luna llena y para eso se calculaba para poner a incubar los huevos.
Y seguiría charrando de la luna, pues son muchas mis notas recogidas en más de treinta y cinco años, recopilándolas. Pero no quiero dejar este día de deciros que la conexión –al menos en nuestras creencias- es muy grande, entre la luna, la mujer y la serpiente. El ciclo de la luna es de 28 días. Igual que el ciclo de la mujer. Y 28 son los anillos que tiene una culebra en su espina dorsal. ¿Y que tiene que ver en nuestra cultura lo uno con lo otro? Amigos, en nuestra cultura mucho.
Cuando una madre tenía un mal embarazo, en nuestra tierra el mejor remedio para aliviarle, era beber caldo de culebra. Se cocían y se les daba el agua sin que ella supiera cómo estaba arreglada, aunque lo podía sospechar.
Amigos, si mi salud y mis ganas me lo permiten, seguiré descubriendo nuestra tierra con vosotros, pues después de muchos años contando nuestras tradiciones, todavía tengo cosas que contaros.
Siempre pensé que nuestra tierra estaba ya descubierta. Pero cada día compruebo, que hay muchas cosas que contaros.
Así es Aragón y sus gentes.

De nuevo las gracias a Chesús l. Domper por sus excelentes fotografías.

1 comentario:

  1. Hola Bastian:

    Me han encantado las cosicas que explicas de la luna y de las tradiciones de Aragón. Yo no soy aragonés, soy andaluz criado en Cataluña, pero me encanta tu tierra, que siento también acomo mía.
    Sigue escribiendo cosas tan interesantes como éstas porque somos muchos los que disfrutamos descubriendo nuestro folklore y nuestras raíces.

    Feliz fin de semana.

    José Ramón García (jgarci46@xtec.cat)

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