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viernes, 9 de marzo de 2012

Cristianizar (El Bautizo)

A los ocho días de haber nacido el niñer lo llevamos a bautizar. Yo ya tenía ganas porque no me gustaba que se llamase "morico" como todos los del lugar lo conocían, pues nadie le pondría nombre hasta su cristianización. El miedo al “mal de ojo”, así lo imponía.
La cristianización o bautizo se hacía muy pronto. En Ontiñena a los quince días, pero era mucho más corriente celebrado a los ocho (Vilanova, Huesca, Estada, Ceder, Sarvisé, Alberuela de Laliena...) porque al Niño Jesús lo circuncidaron a los ocho días; en Albelda se hacía a los dos días y en Sena y Bolea al día siguiente.
La verdad es que llevábamos unos cuantos días pensando en el nombre. Se discutieron varios, pero al final prevaleció la tradición familiar y la del pueblo, que coincidían.
- De primero se llamará Urbez, como su padre. Y de segundo podría llamarse Chusé, como su tío.
- No, es mejor que segundo sea el santo del día, que así estará más protegido contra los malos espíritus y las brujas.
Esta creencia la tengo registrada en Adahuesca, Ceder, la Almunia de San Juan, Berbegal, Ayera, Labuerda, Alberuela de Laliena, Naval, Las Bellostas, Sarsamarcuello y Ontiñena.
En Vilanova, prefieren el santo del día y de segundo el de uno de los abuelos. En Ansó el preferente es el del abuelo paterno y en Bolea el santo del día.
Van por igual (el santo del día, el del padre o el del abuelo) en Bailo, Loarre, Estada, Belillas, Grañén, Aniés y Tierrantona. Pero lo más generalizado es que el primogénito lleve el nombre del padre.
El niño al sacarlo de casa para bautizar, era normal que saldría solo con la comadre.
La madre permanecería en casa hasta los cuarenta días y su presentación oficial con el ninón, que lo haría en la iglesia.
 Pero en este caso lo sacarían con un capazo por una ventana. El miedo de que las brujas estuvieran esperando en la puerta la salida del ninón para echarle “el mal de ojo”, hacía que esta forma de salir de casa fuera bastante corriente. El recorrido que la comadre hacia hasta la iglesia, lo hacía muy deprisa para que nadie pudiera verlo antes de que se encontrara en el interior de ella.
Capazo apropiado para bautizar
He conocido de muchas personas que también las sacaron así de casa, y es que antes se morían muchos bebés, tal vez por falta de higiene, mala alimentación, escasez de vacunas...
Pero la gente creía que morían por un "maldau". Y para burlar a las brujas que estaban esperando al niño a la puerta de la casa, lo sacaban por detrás o por una ventana.
En esta costumbre, también tenía mucha importancia, el recorrido hasta la iglesia.
Si ha habido algún otro niño muerto en la familia, al siguiente lo llevaban (o lo llevan) a bautizar por diferente calle.
En Adahuesca, en el mismo caso, lo sacaban por una puerta y lo entraban por otra.
Ya se sabe que para evitar males, lo mejor es ir por una calle y volver por otra.
En nuestro pirineo, no se permite besar a un bebé antes de que esté bautizado; se teme que con el beso también se le dé el mal. Esta costumbre ha persistido hasta tiempos muy recientes y tal vez continúe todavía al menos entre algunas familias.
En la misma línea hay que situar esta costumbre:"Cuando vas por la calle con un niño pequeño y te encuentras con una mujer que le diga muchas alabanzas y no te dice "Dios le bendiga", debes decirlo por lo bajo para que no le eche al niño el mal de ojo".
También otro remedio: "Para saber si alguien tiene mal de ojo, se coloca un cedazo de canto y se clavan en él unas tijeras abiertas. La persona que se sospeche que está aojada debe introducir el dedo índice de cada mano por uno de los ojos de la tijera. Si gira el cedazo, la persona está aojada".
Por lo visto había que seguir protegiendo al pequeñín contra las brujas. Yo pensaba en la tía X, la bruja del pueblo, y la verdad es que no la creía capaz de hacer nada contra la criatura. Pero, claro, nunca se sabe.
Interior de la iglesia de Mediano (Huesca)
hoy inundada por el pantano.
Al niñer nuestro lo llevaba la comadre como era costumbre y además andando muy de prisa y sin mirar a ningún sitio. Llevaba un pañolón negro sobre la cabeza y no sé cómo no tropezó en ningún sitio por que sólo miraba al nene a quien también tapaba la cabeza para que nadie pudiera verlo antes de llegar a la iglesia.

Uno a cada lado de la comadre iban los padrinos. Como el bebé era chico, el padrino iba a la derecha. Si hubiera sido niña habría ido a la derecha la madrina.
 Cuando llegamos a la iglesia resulta que había también otro bautizo el mismo día: el de dos gemelos de casa Royo. Aún comentó alguien que ya se notaba que era año de avellanas.
¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro? Por nuestra tierra anda un refrán que reza: "año de avellanas, mujeres embarazadas".
Por cierto, que comentaban que a los gemelos los habían sacado de casa por la ventana y por la puerta trasera del corral ya que un hermanico suyo había nacido muerto hacía un año. Yo pesqué al vuelo entre las mujeres algo sobre si venían muy seguidos. Y alguien también dijo su refrán de turno: "Mujer abortada, a los cuarenta días preñada".
Luego he conocido a muchas personas que también las sacaron así de casa, y es que antes se morían muchos bebés, tal vez por falta de higiene, mala alimentación, escasez de vacunas... Pero la gente creía que morían por un "maldau".Y para burlar a las brujas que estaban esperando al niño a la puerta de la casa, lo sacaban por detrás.
Todo el mundo ha presenciado un bautizo y no voy a contar cómo fue aquél. Yo sólo miraba a Urbez y a ver qué cara ponía cuando le daban la sal y cuando le echaban el agua. Y es que decían que si se relamía cuando le ponían la sal en la boquica sería un niño muy gracioso y en cambio si ponía mala cara es que no recibía a gusto la cristianización, y si aguantaba el agua sin llorar sería muy valiente.
Pero tengo que parar el bautizo, para comentar el significado de la sal, tan importante entre nuestras gentes. Seguiremos…

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