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domingo, 26 de febrero de 2012

¡Como no te protejas!

Siguiendo con el artículo anterior, “Las brujas (protecciones)”, me contó mi abuela que el mismo efecto que la ruda hacía el saúco ("sabuco" decía ella). Bastaba tener una vara en casa para que la bruja no pudiera entrar ni aun de visita.
En casa se escobaba la puerta principal de la casa para alejar a los espíritus. Al entrar y salir de la cocina había que decir "Ave María Purísima". Si a los críos se nos olvidaba se nos decía: "sal a la puerta y vuelve a entrar".
En el cajón de la mesa, al irse a dormir, tenía que haber pan para las almas del Purgatorio.
No era bueno escupir en el fuego, traía mala suerte.
Defienden también de las brujas las cabezas de mochuelo.
También, el colocar una tijera debajo de la almohada y hacer un círculo y clavar un cuchillo en el centro. Recordar lo que comenté sobre la adivinación de las brujas…
Muchas protecciones ¿verdad?
Para saber si estaban las bruxas, naturalmente que se tenían métodos adivinatorios. Os repasaré algunos:
 Parece que hay plantas que experimentan la proximidad de las brujas. Cualquiera cogida en el momento de la media noche del día de San Juan y colgada en la cabecera de la cama o en la buhardilla, cuando una bruja llama a la puerta de una casa o bien entra en ella y por allí se mueve, tal hierba señala su presencia. Se decía que así fueron descubiertas muchas brujas que se ignoraba lo fueran.
 También cuando en el campo se mueven las hierbas sin causa justificada aparente, es indicio de que ven una bruja O conocen que pasa por allí cerca.
 En Chalamera había una mujer con fama de bruja: por ejemplo no podía estar en Misa de Gallo porque se ponía muy mala, En otra casa había una mujer enferma y la bruja fue a visitada. Tenían la Capilleta de la Purísima y ella dijo: "Por visita te valga, que yo no puedo entrar". Y no entró.
 Pero sin protecciones, ocurría lo que ocurría:
 Una señora que actualmente vive en Huesca y que me confió los graves problemas que siempre ha tenido con las brujas fue a ver a un curandero de Monzón y le dio un remedio que ella utiliza profusamente: es poner unos platitos con sal por la casa. La sal se pone en el plato formando una cruz.
 Las casas embrujadas, sin embargo, superabundan en el Alto Aragón. En Bara, casa de Sánchez todos decían que estaba embrujada: la gente estaba en el patio y mientras, arriba, las porgaderas bailaban solas.
 También se movían objetos y además se quemaban cosas en otra casa de Baells hace muy pocos años. No debo decir qué casa.
Me contaba José L., de Fañanás que en Casa Azara, de Arbaniés ("mi abuelo estuvo sirviendo allí, me decía. Un día le desaparecieron unos calcetines blancos de la maleta, sin abrirla")
Protecciones en puertas.
(Foto cedida por Álvaro Larraz)
En Búbal, en casa del Royo, de pronto en la cocina aparecía el tapón de la mejor cuba que tenían en la bodega. El albéitar (veterinario) de Biescas no se lo creyó, pero un día que estaba él también allí, en la cocina aparecieron de repente las herraduras de su yegua (información de Encarnación P., de Hoz).

En Santolaria, en casa del Piquero "se murió la abuela y cuando se hacía de noches trucaban animaladas y al padre y a la madre les esgarrapaban (les arañaban, les escarbaban) en la almada y encendían el candil y no había nadie. Le pusieron nueve judías en un plato en una mesa. Que si hacían nueve misas se paraba de trucar. Hicieron las nueve misas y se quitó todo" (Información de L. A, de Santa Eulalia la Mayor).

En Secastilla, hacia 1945 "en una casa pasaban cosas raras, se oían ruidos, les cambiaban las vajillas de sitio, les echaban las almendras por las escaleras. Se asustaron y se marcharon a vivir a otra casa" (Información señora de Reula).
 En Siétamo decían que estaban embrujadas otras dos casas cuyo nombre no me está permitido decir.
En Ayera fue especialmente famosa hace unos cuarenta años casa Ciria. Hay mucha gente que recuerda las cosas raras que decían que pasaban, por ejemplo que las mulas de la cuadra aparecían aparejadas, con la collera y todo. Se las quitaban y volvían a aparecer igual.
En una casa de Morillo de Monclús se oían ruidos por la falsa. Cuando subían a ver qué ocurría siempre veían un caballo blanco que era como alado. Estaba dando vueltas alrededor de la falsa y no lo podían coger. Lo relacionaban con la muerte.
En Zaidín en una casa la mujer subió al granero a por patatas y bajó asustadísima. Subió el marido y en la pared se veía una sombra que comprendió que era de una bruja y le pegó una cuchillada clavando el cuchillo en la pared. Al día siguiente la bruja amaneció con el brazo herido. (informe de Marisol G).
 "Entre Las Almunias y Pedruel hay una caseta que la llaman "el Palacio". La gente siempre tenía miedo de pasar por allí. Un día mi padre pasó y oyó ruidos en la casa. Tiró para su casa y se acostó. Oía como chemecos abajo. Se levantó a ver qué era y en la puerta de casa había un bicho muy raro que quería entrar por la gatera pero no podía. Luego mi padre se acostó y ya no oyó nada." (información de Nicolás A, de Lecina).
En Tamarite en una casa se oían siempre ruidos extraños tanto por encima del suelo como por debajo del techo y estaban amedrentados. Un día el hombre de la casa clavó un cuchillo en el suelo, justo donde se oían los golpes. La bruja que vivía debajo amaneció herida.
En Chalamera contaban cosas raras que pasaban en una casa. Una noche se fue la mujer a casa de una vecina dejando a una hija pequeña en la cuna y al regresar encontró la cuna con la pequeña en la cuadra, metida entre las vacas sin que a la niña le pasara nada. Otro día, en la artesa de amasar el pan estaba el cedazo encima de las cernederas, cerniendo a todo cerner (separar el grano de la harina), sin que ninguna mano lo moviera. (informe de Pilar Vi…, Chalamera).
"En casa Machemalo de Arén, las luces se encendían solas. Se lo dijeron al cura que bendijo la casa". (informe de Pascual).
Y podríamos multiplicar los ejemplos…

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