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viernes, 22 de abril de 2011

Aragón, una tierra de leyendas.


A poco que nos preocupemos de nuestra tierra, siempre nos sorprenderá. Es una tierra para quererla, cada rincón de ella nos trae leyendas para pararnos y meditar que con tantas, mucho la han tenido que querer nuestros antepasados. Andando por ella, siempre encontrando cosas que nos hacen pensar, como ellos daban siempre un significado a todo y no despreciaban ni una piedra. A todo le ponían su leyenda.
¿Habéis estado en el castillo de Loarre? No os dejarían andar por él, por la noche. Dicen que por las noches vaga el fantasma de D. Julián, causante, según la leyenda, de la entrada de los moros en España.
Pero si por las noches vais al castillo de Montearagón, escuchareis las voces y cantos de los monjes que lo habitaron.
Muchos santos se pasearon por nuestra tierra. San Úrbez, tiene la ermita dentro del cañón de Añisclo. Sitio de mucha agua. No es de extrañar. Donde tocaba su lacayo, brotaba agua. También anduvieron predicando por esta tierra San Gil y San Ginés. Un día se vieron sorprendidos por una avenida de agua del río Sotón. Uno se quedó en cada orilla. San Gil se refugió en Ortilla y San Ginés en Lupiñen. Hoy son los patronos de dichos lugares.
Amores apasionados también tenemos en Aragón. Todos conocemos los amantes de Teruel. Seguro que muy pocos conocen a los “amantes de Blecua”. Los padres de ella no permitieron que se casase con su amado. Tras una boda de conveniencia que forzó la familia, los amantes se siguieron viendo a escondidas. Un día, el marido los sorprendió y acabo con sus vidas, siendo enterrados vivos. De ambas tumbas, comenzaron a salir dos rosales que se entrelazaban. Si alguien los cortaba, los tallos volvían a crecer y a abrazarse.
En Bolea, está la “Acacia la lungara”. Unos zíngaros aparecieron por Bolea con sus cabras, su mono, sus burros y la gente que los portaban. Una tormenta con sus rayos mató a familia y animales. Una joven que había ido a buscar agua se salvó y se refugió en las cuevas de San Cristóbal
La gente le llevaba comida, aunque nunca se dejaba ver. A veces la veían sentada debajo de una alcacia. Una noche la encontraron muerta. La enterraron debajo de esta alcacia. De ahí el nombre que le pusieron. Cuentan que algunas noches se aparece a los caminantes que atraviesan ese lugar.
En algún lugar de Ayerbe, debe hallarse escondido un toro de oro que escondieron los musulmanes, antes de abandonar el castillo, ante la presión de los cristianos. En la actualidad se nombra el citado toro.
La sierra de Guara, puede verse desde Huesca y desde muchos puntos de Zaragoza. No pensamos en la figura que forma. El pico Gabardón era el padre de dos hermosas montañas, Gabarda y Gabardiella. Gabarda se fue a vivir a Monegros y Gabardiella se enamoró de Gratal, un monte seco y arisco. El padre no aprobaba estos amores. Galardón pidió ayuda a su amigo Guara, el más fuerte de todos los montes. Un día Guara los encontró juntos, formando una montaña y de un gran golpe los separó, dejando a Gratal tal como lo vemos, en solitario.
Las lágrimas de Gabardiella dieron origen a las aguas del río Flumen, que corre por la osca del “salto del Roldán”.
Gratal se enfureció y una noche, aprovechando que Guara estaba dormido, le asestó una puñalada. Así quedó para siempre como la observamos toda la sierra, En la cabeza, el pico Fraginete es la nariz, el pico Guara ocupa el pecho, y las rodillas corresponden al denominado Cabezón de Guara.
Hoy no busquéis estas leyendas en los pueblos, por que seguramente no encontraréis quien os las cuente. No busquéis ya gente en La Guarguera, ni en La Garcipollera, ni en el viejo Sobrarbe ni en el áspero Sobrepuerto. Tampoco por la mayoría de lugares de Teruel ni en muchos pueblos de esta provincia. Allí les hicieron imposible la vida. Ahora están aquí, en Zaragoza, en nuestros barrios.
Cuando uno callejea por nuestras plazas lo entiende. Y cuando ve a un abuelo con los ojos clavados en el infinito, teme que algo muy hondo se le rompa allá dentro. Y alguno, menos mal, tienen siempre algún mocozuelo juguetón que lo llama yayo y le hace volver a la realidad. Y al final, reír. Porque le sobran ganas de ir allá y le sobran ganas de quedarse aquí y no sabe como igualar.
Como le pasó a Gaitano de Nocito en el molino de Villotas, que pidió de merendar a las cinco y terminó a las diez porque no igualaba el pan con el chorizo. O le sobraba pan y cortaba más chorizo o le sobraba chorizo y se cortaba más pan.
Amigos, cuanto más conozco esta tierra, más la quiero. ¿No os ocurre a vosotros?

7 comentarios:

  1. Gracias Bastian, por poder volver a leer tus vivencias y de una forma u otra ser participe de ellas.

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  2. Que bien ! , vamos a tenerte de nuevo en las ondas, en las ondas del blog... una vez nos fidelices aqui y en el facebook.... ¡ al twitter! , porque las nuevas tecnologias sirven especialmente al que tiene "cosicas" para comunicar, cosicas de veras.

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  3. enamorado de tu relatos de nustra tierra, gracias Bastian

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  4. Que grande eres, Bastian.
    Qué suerte tengo de conocerte... cuando me preguntan, ¿qué viste de Zaragoza cuando fuiste? puedo decir, que compartir contigo es uno de mis mejores recuerdos.

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  5. Te felicito por el blog, estoy segura de que voy a visitarlo mucho.

    En el Moncayo aún hay quien cuenta sus leyendas e incluso se incorporan a cuentos modernos, hay tantas y tan bellas. Quizás se conserven gracias a las muchas asociaciones culturales que a través de ellas quieren dar a conocer su pueblo o quizás porque sirven de inspiración a los muchos escritores, poetas y artistas que se instalan junto a nuestra montaña atraidos por su poderoso magnetismo, no sé, el paisaje explica muchas de ellas y te hace dudar de si realmente son sólo leyendas. A mi me gusta descubrirlas y contarselas a la gente como si fueran historias reales, estoy segura de que mi pequeño está convencido de ello y muchas veces buscamos juntos la torre encantada de Morana o los duendes del Moncayo en su hayedo.

    En fin, me alegra haber conocido leyendas de otras tierras aragonesas gracias a tu post.

    Mucha suerte y gracias por compartir tu sabiduría popular ;o)

    Saludos!!

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  6. Gracias Rocío por tus palabras. ¡El Moncayo! ¡Cuantos recuerdos me trae! Cómo no que contaremos de esas tierras, desde Caco en su cueva de Los Fayos, hasta acercarnos a Trasmoz, Talamantes, Veruela, Bulbuente…
    Mucho tengo recogido en tu territorio durante años. He bebido en la fuente que nombra Bécquer, he paseado por el castillo de Trasmoz, antes de tapiarse y he recogido leyendas, cuentos, dichos de nuestra gente por los años sesenta y setenta.
    Te diré que he tenido que cantar “El rulé”, en más de una bodega.
    Solo necesito tiempo para contar lo recogido. Pero gracias por tu interés amiga.

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  7. Muchas gracias por esta entrada. De leyenda.
    "Los amantes de Blecua"..., pues no conocía esa historia, vaya.
    Muchas gracias por el Blog, y continúa contándonos cosas.
    Un saludo.

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